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revelaciones de un cuervo

Reflexiones, locuras y fantasías de un escritor. Pensamiento, memoria y quizás también algo de sabiduría.

Foto del escritorRubén H. Ernand

HABLEMOS DE FANTASÍA Y ALMAS CON ELÍAS SAAVEDRA



Colaboración en el Redondal públicada en noviembre del 2020


Tiempo ha, llegué a plantearme estudiar la carrera de periodismo. Por fortuna, el sentido común imperó y ahora no pertenezco a uno de los gremios más mal pagados, explotados y desprestigiados en este país lleno de malos pagadores, explotadores y prestigitadores ­­—de los que en vez de palomas guardan billetes de 500 en el sombrero de copa—. Claro que, a cambio, estudié Filología inglesa, así que no estoy como para sacar pecho precisamente… Todo esto viene a cuenta de que yo también quería sumarme a la flamante sección de El Redondal “Hablemos de…” con una entrevista a un joven y hambriento, esto último va con segundas, autor de fantasía de nuestro país: Elías Saavedra.


Elíam de Saavaz, afamado historiador maurano.


Conocí a Elías allá por el año 2016. Acababa de comprarme mi primer lector de ebook, estaba trabajando en el enésimo borrador de La primavera ausente y hacía poco que había decidido que me autopublicaría en la plataforma de Amazon KDP. Y necesitaba referentes, saber qué se cocía en la fantasía autopublicada de este país, si mi novela era lo suficientemente buena y, en general, necesitaba saber si valía la pena meterme en este mundillo de locos. La primera impresión no pudo ser peor: novelas muy verdes, errores a mansalva, escritores bisoños y clichés (cuando no copias descaradas) sonrojantes; muchas de ellas entre las 10 o 20 más vendidas. Pero un buen día me encontré un mensaje en un foro de una persona que llamaremos Mr. X, por darle más misterio al asunto, en el que recomendaba leer una novela, El legado de los safir, de forma entusiasta y enlazaba su comentario a la misma en Amazon, que os dejo aquí abajo:



Mr. X también fue uno de los que me hicieron comprender la importancia de reseñar lo que leemos. ¡Reseñad, por Tutatis!


Cuando lees una reseña así, cuando mencionan que los personajes tienen alma, algo que yo considero esencial en cualquier obra de ficción, no queda más que rendirse e intentar averiguar si todo eso que has leído es cierto. Y vaya si lo era. Pero esa es otra historia que os contará mejor La Eremita, metamorfoseada en maga patosa de flequillo imposible, pero con el mismo buen corazón, en su reseña de El legado de los safir.


Dicho todo esto, hace poco decidí quedar en una taberna (virtual, que no está el tema para tonterías) con Elías para que todos aquellos que lo conozcáis o queráis hacerlo, podáis leer un poco más sobre él. Así que, tras un poco de charla ociosa, comentar anécdotas sobre qué personajes van a morir en nuestros próximos libros, darnos consejos sobre tratamientos capilares y la recomendación firme de Elías de que bebiendo más alcohol es como se cura el hígado, llegamos a la parte jugosa. Elías coge el micro (creo que pensaba que venía a un karaoke, pero no se viene abajo al constatar que de cantar nada) y toma la palabra.


Lo primero, gracias Rubén y a toda la familia de El Redondal por haberme invitado. Se está de maravilla en este porche, transmite armonía, y además es una delicia la cerveza y los pimientos asados están exquisitos. Por cierto, se han acabado y…


Luego traigo más, no te preocupes. Ahora, al turrón.


También terminé el jamón…


Dije turrón, no jamón, pero ya que estamos… Háblanos un poco de tus inicios como autor y lector. ¿Qué libros te marcaron en tu infancia? ¿Qué te impulsó a querer escribir?

Siento si no soy muy original, pero guardo un maravilloso recuerdo de La historia interminable de Michael Ende, que me enseñó que en la Fantasía los límites los marca nuestra imaginación; y El Hobbit de Tolkien con el que descubrí la Fantasía Épica. Con respecto a mis primeros escritos, no escribí nada medianamente serio hasta mis primeros años en la universidad y muy poco y de baja calidad. La mayoría ni me he atrevido a releerlo, aprecio demasiado mis ojos. Bueno, hay algo salvable por el cariño que le tengo: un cuaderno en el que escribía las crónicas de un quijotesco personaje, una comedia loca. Es un proyecto que he retomado y tarde o temprano espero que salga a la luz.


Y al hilo de la pregunta anterior, ¿qué te impulsó a crear la historia de Las Runas del Alma y qué personas o historias te influyeron para hacerlo?


Empezaré por las historias que me influyeron. El Señor de los Anillos sin duda, pero soy muy fan de una saga de videojuegos: Final Fantasy. El VII, el VIII y el X me han marcado. Sus mundos maravillosos, la magia de los elementos y sus personajes. Luego están mis pasiones, todo lo relacionado con lo medieval me resulta inspirador. Y sobre lo que me impulsó a escribir Las Runas del Alma, debo decir que prácticamente dejé de escribir desde el 2002 al 2009, más o menos, pero durante todo ese tiempo no dejé de fantasear con aventuras de guerreros, espadas, magia… Llevaba una historia dentro, pero ni me planteaba ponerme a escribirla hasta que un día, ordenando un cajón, rescaté una hoja en la que apenas tenía escrita una carilla y media donde se presentaba a un guerrero llamado Zílum. No recuerdo cuándo la había escrito, pero me dio por reescribir el inicio de esa historia. El resultado se lo di a leer a mi primo, Fran, y éste me animó a seguir. Fue el momento clave. A partir de ahí recordé lo que disfrutaba escribiendo y descubrí mi vocación.


Quienes lean los dos volúmenes de tu saga notarán una evidente mejoría como autor de uno al otro. ¿Cómo te has preparado durante los años pasados entre el primer volumen y el segundo? ¿Te has documentado visitando tabernas, alternando con las camareras y comprobando el sabor de la cerveza o es solo una impresión mía?


Como bien intuyes, he visitado tabernas para documentarme, pero el problema fue que de tanto probar el sabor de la cerveza al día siguiente no recordaba mis notas mentales… (Elías hace un gesto con la mano, como si tratase de aclarar que bromeaba, pero instintivamente acto seguido coge su jarra de cerveza y pega un buen trago). Lo primero, agradezco mucho tu apreciación sobre mi mejoría, por el respeto que te tengo como el gran autor que eres. Sobre tu pregunta, pues con el primer libro de la saga encontré mi estilo. Entre escribirlo y repasarlo incontables veces le dediqué más de seis años. A partir de su publicación he ido puliendo mi estilo de muchas maneras, ¡y lo que me queda! Por un lado, he escuchado toda crítica constructiva que me ha ido llegando, analizándola y tratando de absorber lo mejor de cada una. Por otro, descubrí el foro literario Abretelibro.com. En él se celebra un concurso de relatos de diferentes temáticas en cada estación del año, y me animé a participar. Pues gracias a eso conocí a muchos amantes de la literatura, leí sus relatos, leyeron los míos, me los elogiaron, me dieron zascas… y de todo fui aprendiendo. Sea cual sea vuestro nivel, si os gusta escribir, os animo a que os paséis por Ábrete Libro. Luego, una vez que eres escritor, al leer lo haces de forma diferente a cómo lo hacías. Por lo menos eso me ocurre a mí. Al leer analizo cada frase, el estilo del autor, los recursos que emplea, sus descripciones y mucho más. De ahí trato de extraer todo lo que me pueda aportar, adaptándolo a mi estilo. Y finalmente, soy muy afortunado de contar con el apoyo de unos correctores que me dan muy buenos consejos. Disculpa por alargarme, Rubén. ¿Puedo servirme más cerveza? Tengo la boca seca.


Sí, pero antes un poco de salseo. Si tuvieras que elegir a un personaje como tu favorito, ¿cuál sería y por qué Servin?


Pues no vas mal encaminado (Elías ríe. Mira al plato de los pimientos asados, pero sigue vacío). Lo justo son dos respuestas, una por novela. En El legado de los safir me quedo con Sparta. Me ganó totalmente, por su pasado, su lealtad y por su lucha pese a estar mermado por su cojera. Y en Sangre de reyes… has dado en el clavo: Servin Kalmar. Su estilo de vida es un reflejo del vacío que siente, pero los pequeños Sanara y Ralus irrumpen para obligarle a remover todos sus sentimientos. He disfrutado mucho con ese trío.


Los que te conocemos un poco sabemos de tu buen gusto musical. ¿Qué grupos escuchas a la hora de ponerte a escribir? ¿Podrías darnos el nombre de algunas de las canciones que te han inspirado para escribir Sangre de Reyes?


Depende (recordad que Elías es gallego). La verdad es que hay mucha variedad, según el momento, pero voy a mojarme. Wardruna, un grupo nórdico que trata de recrear la música de sus antepasados vikingos empleando instrumentos de aquella época. Puede que os suene si os digo que forma parte de la BSO de la serie Vikingos. A partir de ahí descubrí otras bandas del mismo estilo y fui elaborando mi propio recopilatorio. Y luego me quedo con la BSO de la película Interstellar. Y bueno, en las escenas de combates un poco de Power Metal en castellano siempre viene bien. Desde Tierra Santa a Dünedain.


Aún estoy leyendo Sangre de Reyes, pero ¿qué puedes contarme del futuro de la saga? ¿Habrá tercera parte? ¿Tienes otros proyectos en mente?


Proyectos tengo demasiados, ¡lo que me falta es tiempo! Para que se entienda, pongamos que El legado de los safir es como El Hobbit; pues ahora vendría la trilogía de El Señor de los Anillos con Sangre de reyes y otros dos volúmenes. Es decir, quedarían dos libros. Tengo en mente también escribir un spin-off con Madoka Ukur-Nar como protagonista, narrando lo que le ocurre durante los once años que transcurren entre la primera y la segunda novela. Es un personaje muy querido por los lectores y también para mí. Fuera de Maurania, acabo de escribir un cuento infantil, que ha gustado bastante entre los que lo han leído y en principio se va a ilustrar. Veremos que sale de ahí. Y lo que queda de año lo dedicaré a escribir el guion de un corto que producirá mi hermana, que es actriz; y a retomar la novela quijotesca que te comentaba, cuyo personaje es un treintañero obsesionado con impartir justicia y que, pese a medir poco más de metro y medio, no le teme a nada. Se hace llamar Cobra. A partir de enero de 2021 regresaré a Maurania. Creo que viene bien dar un espacio entre novela y novela de Las Runas del Alma para volver a sentir la morriña de reencontrarme con los personajes.


Esta tenía que hacértela sí o sí, ¿conoces, allá por las bellas tierras gallegas, alguna taberna que se parezca un poco a La Gloriosa y esté regentada por varias hermanas? Es para un amigo…


(Elías ríe, alza su jarra y brinda con Rubén). La verdad es que disfruto mucho cuando mis personajes pasan por tabernas, posadas y demás, porque realmente vivo lo que están viendo, escuchando y sintiendo. Sé que a ti te ocurre algo similar, Rubén, solo hay que pasarse por El Trastorno de Elaranne. En el mundo real me tengo que conformar con la buena compañía, que es lo importante, ya que no conozco ningún local tan bien ambientado en la época medieval.


Por último, ¿algo que quieras decirles a los lectores de El Redondal antes de que sigamos poniéndonos morados?


Gracias por leer esta entrevista. Ojalá que les haya resultado interesante y animarlos a que recorran nuestros mundos de fantasía, donde encontrarán refugio de cualquier preocupación. En la saga de Las Runas del Alma descubrirán una aventura épica, pero también muy emotiva.


Quiero añadir que en mi visita a El Redondal me he sentido como en casa. Es magia pura. ¡Un abrazo a todos, guerreros y guerreras!.


No, gracias a ti, Elías, y a tu gran sentido del humor. Y déjame decirte que alguien que escribe escuchando la BSO de Interstellar tiene todos mis respetos.


P.D. Rubén, te acompaño a por los pimientos y el jamón.


Y con los pimientos, el jamón y ¡la tortilla! acabamos. No sé si hemos hecho una entrevista o un episodio de Robin Food, pero estoy seguro de que habréis salivado un poco con lo que habéis leído. Y es que el buen comer y el buen leer son primos hermanos, así que comed y leed como si no hubiera un mañana.



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