SINOPSIS
No todos los comienzos en la vida son sencillos, a algunas semillas les lleva mucho tiempo florecer.La infancia se tiene como una época feliz por defecto, pero muchos niños viven en su interior luchas invisibles que no dejan enraizar la felicidad. Contado entre el verso y la prosa, este es el principio de mi historia, y puede que también de la tuya.La de una flor sensible que buscaba, sin encontrarlo, un lugar en el mundo. Una pequeña amapola que creció en un solar y que para florecer tuvo que pasar por todas las estaciones.
¡Bienhallados, peregrinos!
Hoy tenía dudas acerca de la conveniencia, o no, de cancelar nuestro peregrinaje de todos los lunes ya que el libro del que voy a hablaros hoy es verdaderamente atípico y personal. Pero luego comprendí que peregrinar es viajar, con tu esfuerzo, para llegar a un santuario y ser testigo de algo asombroso y sagrado. Y así es justamente como me sentí leyendo “En un solar de amapolas” de Nya Birds, como si llegase a un viejo templo, perdido en mitad del bosque, y por un momento se abriesen las nubes y un rayo de sol lo iluminase para dejarme pasmado. Sí, así me he sentido.
Como he dicho, este libro, a medio camino entre la prosa y la poesía, es muy íntimo. En él, la autora nos abre sus interioridades y nos habla de una etapa de su vida, la niñez y temprana adolescencia, a través de diversas poesías/pensamientos. Aunque hablar no es la palabra adecuada. Nya se abre en canal y deja salir todo lo que lleva dentro sin vacilar. Como autor sé lo que cuesta hacer algo así, la valentía que implica, y por eso la aplaudo. Debo avisar que aquellos no fueron tiempos sencillos para la autora. La oscuridad y un cierto fatalismo permean toda la obra.
Creo que cualquiera de nosotros puede identificarse con algunas de las reflexiones o desgarros de la autora y más hablando de tan tierna edad. Esta obra tan personal sólo tiene sentido si es capaz de lograr despertar la empatía ajena. Y conmigo lo consiguió. De hecho, la empecé y abandoné al llegar al 60 % durante un par de semanas porque me tocó un punto sensible y personal y necesitaba digerirlo antes de continuar. La soledad, el autorechazo, perder a un ser querido, la crueldad en el colegio… la mayoría de nosotros, en mayor o menor medida, podemos identificarnos con alguno de estos temas. Y eso es porque hemos vivido una experiencia similar, aunque siempre diferente.
No creo que “En un solar de amapolas” sea un libro para todo el mundo, pero sí pienso que todo el mundo debería experimentarlo. Encontrar un libro que te haga revisitar cosas que viviste y sentiste, y más con la sensibilidad de este, me parece un regalo inigualable. Así que: ¡muchas gracias Nya!
¡Que los Tres iluminen vuestro camino!
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